La Iglesia de Santa Eulalia en la capital balear. Autor J. S. Vila
Realizando una visita a la Iglesia de Santa Eulalia, en Palma de Mallorca.


Nos encontramos andando en la zona centro, esto es, casco antiguo de Palma de Mallorca. Y al llegar a la llamada Plaza de Santa Eulalia, en el rotulado como número 2, nos encontramos a la Iglesia de Santa Eulalia, la cual es una de las iglesias más antiguas de esta ciudad.
Las antiquísimas calles adyacentes, que circundan el perímetro de la iglesia son a la vez, el Carrer de Santa Eulalia en la fachada oeste, el Carrer de Can Savella en la fachada norte, y el Carrer del Sant Crist en la fachada este. La entrada principal al templo, que es la de la plaza está en la fachada sur.
En aquella lejana época, próxima al siglo X, los cimientos de esta edificación fueron ya colocados siguiendo los parámetros religiosos de aquella época, en la que los recintos religiosos estaban orientados ubicados en referencia a los puntos cardinales, esto es, de forma además asemejada a como construían las ciudades en el antiguo Imperio Romano siglos atrás, en las cuales se seguía un orden de construcción siempre idéntico, simétrico, y orientado en la misma forma.
Fachada Sur de la Iglesia de Santa Eulalia.
La fachada sur está perfectamente orientada hacia los puntos cardinales correspondientes, de tal forma que recibe el máximo de luz solar durante el día.
Puerta de la Fachada Sur de la Iglesia de Santa Eulalia.
La puerta principal de acceso al templo es inmensa, de unos siete metros de altura, y unos cinco metros de anchura aproximadamente, las personas que entran en el templo acceden subiendo al mismo a través de la escalera de piedra de granito, y andando sobre los doce escalones superpuestos.
Sobre la puerta principal de acceso, está ubicado integrado en la fachada, conformando parte de la construcción, un inmenso rosetón medieval, que aporta luz solar al interior del templo.
A la vez, la puerta principal de acceso al templo tiene dos puertas pequeñas auxiliares principales, que son la puerta de la izquierda, y la puerta de la derecha.
Está pequeña puerta, está rotulada con el número 2, siendo la que da numeración a la iglesia. La misma es de pequeño tamaño, siendo esta puerta metálica, de unos dos metros de altura, y de un metro y medio de ancho aproximadamente. Un bello arco ojival decora su parte superior.
La puerta auxiliar de la derecha, está perfectamente colocada de forma simétrica, aunque su diseño es distinto. La puerta también es metálica, y en el ojival superior hay unos decorativos de piedra integrados, que permiten el paso de la luz, y del aire al interior de este recinto.
Fachada Oeste de la Iglesia de Santa Eulalia.
La Iglesia está construida enteramente en la piedra autóctona de la isla de Mallorca, que es el marés de primerísima calidad que existía en aquella época, cuando las canteras de la isla eran prácticamente vírgenes, y se extraía de las mismas el mejor material.
Puerta de la Fachada Oeste de la Iglesia de Santa Eulalia.
Está puerta es de madera maciza, con decorativos en toda su superficie, y en relieve de forma cuadrada, con remaches metálicos. Su altura es de cuatro metros, y su anchura es de tres metros aproximadamente. Curiosamente en horario de misas, esta es la puerta generalmenre más utilizada por los fieles para acceder al interior del templo.
Fachada Norte de la Iglesia de Santa Eulalia.
La fachada norte de la iglesia no tiene puerta de acceso para los fieles. Hay una pequeñísima puerta metálica de uso privativo en su momento para personal eclesiástico, y sin uso real a fecha actual.
Vitrales de la Fachada Norte de la Iglesia de Santa Eulalia.
Unos inmensos vitrales perimetrales circundan toda la fachada norte de la Iglesia de Santa Eulalia. Su función no era embellecer, sino que era siempre para aportar luz natural al interior del templo. Aunque naturalmente siempre los artesanos dotaban a los vitrales de unos diseños extremadamente bellos, y elaborados en algunos casos.
Siete vitrales dobles como el que se observa en la imagen son los que conforman parte integrada de esta fachada norte. En su parte superior, en las torretas, se observan asimismo las clásicas gárgolas, que desde arriba dominan, y otean la escena.
Estás bellísimas gárgolas, que representan animales mitológicos, son realmente a título práctico los desagües de las canalizaciones del agua recogida de los tejados de la iglesia cuando llueve. Se aprecia desde abajo, que son del mismo color que la fachada, de lo cual se deduce que el material utilizado en su construcción es el mismo. La piedra de mares mallorquín, que en sus orígenes, si bien es una piedra arenisca, era durísima.
Fachada Este de la Iglesia de Santa Eulalia.
Como toda la iglesia, se trata de una fachada maciza, robusta, en la cual se observa que el paso del tiempo no ha hecho apenas mella en su construcción, estando los bloques de piedra intactos, y resisitendo perfectamente las inclemencias meteorologicas, sin menoscabo alguno.
La peculiaridad de esta fachada, es que en la misma se observan los dos salideros arquitectonicos, que son la parte exterior que da a la calle de dos capillas internas de la iglesia. Este hecho constructivo solo se halla en esta parte del templo.
Puerta de la Fachada Esté de la Iglesia de Santa Eulalia.
La puerta de la fachada este, está en perfecta simetría de tamaño, y de ubicación, con la puerta de la fachada oeste. Tiene el mismo tamaño, que es de cuatro metros de altura, y de tres metros de anchura. Si bien está realizada en metal, y cubierta a la vez completamente de remaches metálicos decorativos. Está puerta, a fecha actual está sin uso. Solamente la abren de vez en cuando para que entre aire al interior del templo.
El interior de la Iglesia de Santa Eulalia en Palma de Mallorca.
Esta iglesia es una de las más antiguas de toda la isla de Mallorca. Téngase presente que dentro de la misma, fue coronado como Rey de Mallorca, Jaime II (Hijo de Jaime I El Conquistador), realizandose la coronacion el día 12 de septiembre de 1276, con toda solemnidad, honor, boato, y alcurnia de la época medieval.
Verdaderamente no había ninguna diferencia significativa en aquella época medieval, entre la coronación de un Rey del Reino de Mallorca, que se coronaba aquí en la Iglesia de Santa Eulalia, a la coronación de un Rey del Reino de Inglaterra, salvo que se coronaba aquel en la Abadía de Westminster, en Inglaterra.
Era la misma época, y la única diferencia quizás sería que el Reino de Inglaterra, pudiera en esos años luchar contra los escoceses, y contra los galeses, que tenían sus propios reinos, y que aquí en el Reino de Mallorca, estaban preocupados por las invasiones de los piratas berberiscos y sarracenos, provenientes del norte de África, concretamente las razzias piratas musulmanas procedían casi siempre de Argelia.
He ahí también, que en aquella lejana época, se levantaron las Torres de Defensa marítimas, llamadas Atalayas. Las mismas tendrían entre diez, y doce metros de altura, eran de forma circular, y estaban colocadas en línea de costa, siempre sobre promontorios elevados para ver, y otear ampliamente el mar.
Y así, cuando los soldados centinelas divisaban ya desde lejos la flota mora, de la que siempre venian en sus razzias de saqueo, pirateo, secuestro y destrucción, viniendo siempre en centenares de barcos veleros, pues cuando eran divisados ya en la lejanía en el mar, los centinelas actuaban haciendo su labor.
Y actuaban prendiendo fuego en las inmensas reservas de madera instaladas en la parte superior de estas Torres de Atalaya. Mezclando madera seca, con madera verde, al prenderse el fuego en la cima de la torre, la humareda negra era visible de día desde cualquier punto de la isla, sabiendose en ese momento la inminencia de la invasión mora.
Y si era de noche, el fuego de la Atalaya era asimismo divisado desde lejanos puntos en el interior de la isla, avisandose a la vez atañendo y sonando las campanas. La población era así alterada, y entraban en estado de alarma, y a su preparación y defensa para el combate.
Hay más de cincuenta Torres medievales, y Atalayas defensivas a lo largo de la linea de costa en toda la isla de Mallorca. Afortunadamente el estado de conservación de muchas de ellas es óptimo. En otras faltaría la mano reparadora del artesano constructor, que las devolviera a su estado de perfección constructiva original.
Puedo citar las Atalayas del municipio de Calviá, las Atalayas del municipio de Llucmayor, o las Atalayas del municipio de Santanyi, entre otras, que destacan por su buen estado de conservación.
Pues en esas cruentas guerras entre cristianos y musulmanes en la isla de Mallorca, que téngase presente, no era de invasión de la isla, sino de razzia pirata de saqueo, siempre sin excepción. Pues ahí estaba esta iglesia ya construida, en pie, y punto focal de la fe cristiana de los mallorquines, y del monarca.
Hay que decir que los piratas berberiscos siempre hacían lo mismo. Y es que venían a miles, siempre con una auténtica flota de barcos veleros, como mínimo cien barcos. Y al tocar tierra iniciaban el saqueo de todo lo que encontraban.
Y estos piratas sarracenos siempre hacian lo mismo, que era saquear, robar, y matar. Con la peculiaridad de que mataban a los hombres, y secuestraban a las mujeres, que eran llevadas a Argelia, en donde eran vendidas como esclavas.
La población se defendía como podía. Muchas casas tenían pared con pared, y los vecinos se auxiliaban. O bien, si les daba tiempo la gente se guarecia en el interior de la Possessio mas cercana, que solían estar fortificadas, en mayor o menor medida, y muchas de ellas tenían una Torre de Defensa, con almenas, siendo en este caso las Torres de forma cuadrada, y estaban integradas en el cuerpo del edificio de la Possessio.
Téngase en cuenta, que a veces, sí se podía hacer algo en la defensa, pero otras veces no se podía hacer nada absolutamente para defenderse. Ya que llegaban los barcos enemigos a cientos a la vista, en donde desembarcaban los advenedizos saqueadores infieles, a los que movía la codicia por el botin, y a la vez, el odio hacia el cristiano.
Pero los nativos de la isla de Mallorca se defendían siempre a sangre y fuego. Claro está que no les quedaba otra. Si perdían la batalla el destino era siempre el mismo. Independientemente de las cosas materiales saqueadas, era que ejecutaban a todo varón, dejandolo muerto a degüello preferiblemente, y secuestraban a toda mujer, que tenía buen precio de venta en Argelia.
Todo oro, toda plata, tanto en monedas, como en joyas, o cubertería, eran sustraídas y eran el botin principal del saqueo. En aquellos tiempos, en las iglesias los copones, y santos recipientes, así como partes especiales del mobiliario, y utensilios, estaban hechos de materiales nobles, y no de acero inoxidable coloreado como hoy en día.
Por ello disfrutaban en especial los sarracenos, en invadir y saquear iglesias, contrarias a su fe musulmana, profanarlas, y robar todo lo que de valor hubiera dentro. Los cuadros y las esculturas de madera policromada eran lanzados al fuego. El oro y la plata, tanto de la limosna de los fieles, como los copones benditos, eran sustraídos con el mayor de los deleites por el sanguinario invasor infiel.
Al tener noticia de las invasiones, o sea, de que la flota mora había tomado tierra en algún punto de la costa, el Rey movilizaba a sus tropas, que fuertemente guarecidas acudían al lugar.
Dichas tropas cristianas, unas veces llegaban a tiempo de evitar más saqueos, y pillaje, plantando cara el enemigo invasor, y presentando sangrante batalla en defensa de los suyos.